lunes, 21 de julio de 2014

¿Insaurralde candidato a vicepresidente?

Políticas del Sur

MI ya es un personaje mediático. El escollo del 2013 está superado. Su intención de voto parece crecer. Las fotos de eventos son con Massa, las de tinte político con Scioli. Eso marcaría el rumbo actual. Todos lo ven como candidato a gobernador, pero el lomense tiene el carisma que tenía aquel primer Boudou del 2011 y Scioli lo sabe.
Por Ricardo Carossino

Ya definitivamente convertido en un personaje mediático que le permite superar el escollo anterior del porcentaje de conocimiento, el diputado nacional Martín Insaurralde (el original, no la imitación de Freddy Villareal) se coloca en un lugar de privilegio a la hora de estar identificado en la población más popular.

Su romance con una modelo famosa más el programa de Marcelo Tinelli permitieron al ex intendente de Lomas de Zamora acaparar todas las miradas del arco político, tanto las críticas dentro del kirchnerismo, como las elogiosas desde el massismo y el sciolismo.

De ahora en más, la tarea tendrá que ser otra y es crecer en la intención de voto en la provincia de Buenos Aires, algo que según sus allegados ya está pasando desde hace varios meses. Con un efecto “De Narváez 2009”, MI avanza en el territorio bonaerense, sacándose fotos con el gobernador Daniel Scioli y coqueteando con el líder del Frente Renovador, el diputado nacional Sergio Massa.

La pregunta que subyace, desde luego, es “qué hará Martín”. Así, sin más agregado es lo que muchos se preguntan en el sciolismo y en el massismo, las dos caras del peronismo provincial que hoy polarizan la elección local y nacional.

Para MI esto es un ajedrez. No faltó quien especulara que el lomense se pasaría al massismo luego del mundial, incluso llegaron a pronosticar que anunciaría su pase en el programa de Mirta Legrand, pero nada de eso sucedió. Argentina perdió la final con Alemania e Insaurralde sigue jugando en el medio de la cancha sin definirse.

El único dato cierto para analizar una futura jugada son las fotos, tanto las de Scioli como las de Massa y mientras con el tigrense las hace en eventos frívolos y con sus mujeres, con el motonauta las hace en tono político, como la de la semana pasada, cuando los dos dirigentes salieron a pedirle a los intendentes que adhieran a la Policía Comunal.

Quizás, y solo quizás, cabría conjeturar que las fotos con Massa indican un aprovechamiento de la imagen de un dirigente dialoguista, que además le sirve para presionar a los kirchneristas que no lo quieren, mientras que las fotos con Scioli estarían indicando el verdadero rumbo político del diputado nacional buscando una fórmula consensuada para lanzar una candidatura: ya sea a gobernador, ya sea a vicepresidente.

Quienes hablan con Política del Sur, del más cercano riñón martinista, no descartan que Insaurralde ya con el despegue mediático que tiene pudiera armar la fórmula presidencial con Scioli, porque es un dirigente que de alguna manera, reúne los condimentos que alguna vez tuvo aquel lejano Amado Boudou que acompañó a Cristina Fernández.

Esto le permitiría a Scioli sacarse la interna del kirchnerismo, si las situaciones por alguna razón de último momento lo obligaran a jugar por afuera, porque hay encuestas aún no dadas a conocer que estarían revelando a un Florencio Randazzo ganándole las PASO a Scioli, aunque luego el ministro no llegara a pelear realmente una segunda vuelta como lo hace Massa según los muestreos de las consultoras.

Algunos hasta arriesgan a conjeturar que “con una fórmula Daniel-Martín no se necesita un candidato a gobernador fuerte, se gana con la primera parte de la boleta”.

Algunas fuentes consultadas dicen que a MI no le importan las críticas como las de su par de bloque Carlos Kunkel, y que en realidad, en el voto “de abajo”, le suben el precio: las chicas lo adoran, y los muchachos lo aplauden por su romance con la Cirio.

Claro que Scioli espera que al cerrar con Cristina la Presidente quiera imponerle quien sería el presidente del Senado luego del 2015, si el gobernador ganara, pero la otra lectura es que Scioli le ofrecería los espacios que ocupa la primera minoría en las listas, para así cercar a Randazzo que si no gana las primarias puede arrebatarle esa porción de poder.

Hay encuestas que en realidad ponen al ministro de Transporte en un muy buen lugar como candidato a gobernador, por encima de los competidores provinciales massistas, pero el dueño de la “florería”, que esta semana presentará los nuevos coches del Sarmiento, no quiere saber nada con pelear lo provincial e insiste en ir por el premio mayor.

Cristina lo sabe, y quizás podría cerrar filas allí, para pelearle la interna a Scioli. El núcleo duro del cristinismo podría reagruparse detrás de la figura de Randazzo y del titular del ANSES, Diego Bossio, y disputar a todo o nada las PASO con Scioli para ganar o para sacar la primera minoría.

Scioli sabe que su as en la maga para pelear en cualquier escenario se llama Insaurralde, sobre todo si se le presentan unas PASO con más de un candidato, aunque eso es bastante improbable. Como sugirió el diputado nacional del Evita Leonardo Grosso, al cristinismo le convendrá sintetizar una fórmula lo más “K” posible para ir a las primarias abiertas. Lo cierto es que hoy Insaurralde tiene todas las de ganar para el puesto que más le quepa: gobernador para Massa, o vicepresidente para Scioli. O quizás al revés.